miércoles, 29 de septiembre de 2010

El brownie de Pollock

El expresionismo abstracto es un movimiento contemporáneo dentro de la abstracción pictórica, que apareció en los años '40 en los Estados Unidos, como arte financiado durante la Guerra Fría. Se considera el primer movimiento genuinamente estadounidense.

Blue Poles: Number 11
1952. Anamel y aluminio pintado con vidrio sobre lienzo. 210 x 486,8 cm. 
National Gallery of australia. Canberra. Australia.


Jackson Pollock nació el 28 de Enero de 1912 en Cody, Wyoming y en 1929 se trasladó a Nueva York para trabajar con el pintor Thomas Hart Brenton.

El método de trabajo de Pollock consistía en escurrir o lanzar con fuerza grandes cantidades matéricas de pintura sobre el lienzo, técnica comúnmente denominada como dripping, distribuyendo los colores y las formas casuales siguiendo inspiraciones simbólicas de los indios de Norte América o como una reacción del subconsciente. Se relaciónó su arte con el "automatismo", como si su pintura tuviera que ver con los movimientos automáticos generados por los fenómenos psíquicos del artista. Todo este método se da a conocer como Action Painting, con el que se buscaba una nueva solución artística para representar el nuevo mundo del siglo XX tras las grandes guerras.


Jackson experimentó con muchos materiales como pigmentos sintéticos, acrílicos, barnices, aluminio y esmaltes y trabaja sus lienzos sin tensar, extendidos directamente sobre el suelo o clavados en las paredes. No trabajaba sobre el lienzo, si no metido en él. 


Convergence
1952. Óleo sobre lienzo. 237,7 x 393,7 cm.

Grayed rainbow
1953. Óleo sobre lienzo. Instituto de Arte de Chicago. Chicago. USA.


Los años en los que Pollock destacó de manera más notable, fueron aquellos en los que consiguió apartarse del alcoholismo, muchas de sus pinturas las creó como terapia contra su adicción. Durante los años 1949 y 1950 sólo se permitía tomar una copa de alcohol tras las comidas, acompañada con algún postre a base de chocolate que le calmaba notablemente la ansiedad. Su predilecto era el brownie de su mujer Lee Krasner, también pintora. Ella lo preparaba sin nueces, pues Jackson no toleraba los frutos secos pero, por supuesto, antes de tomarlo, él siempre lo adornaba con un dripping de leche condensada. 


INGREDIENTES:
(8-10 raciones)


140 gr de harina
170 gr de chocolate negro
170 gr de mantequilla
450 gr de azúcar
4 huevos
1 cucharadita de levadura
1 cucharadita de sal


PREPARACIÓN:


Precalentar el horno a 175 º C.


Mezclar en un cuenco la harina, la levadura y la sal.


En un cazo derretir el chocolate y la mantequilla a fuego lento, removiendo de vez en cuando. A continuación, retirar del fuego y verter en el cazo los huevos y el azúcar y remover hasta formar una pasta. Verter esta pasta en el cuenco de la harina y remover de nuevo.


Cuando queden todos los ingredientes bien unificados, pasar la mezcla a un molde de horno engrasado y lo suficientemente grande como para que el brownie no quede muy alto. 


Hornear durante 20 minutos. Dejar reposar un tiempo y servir al gusto, caliente o frío. Pollock lo prefería con helado de caramelo y siempre un toque de leche condensada con su estilo personal.






Si quieres saber más sobre Pollock estate antento a:


Su vida
Su obra
Su movimiento




Y si te interesa puedes investigar sobre
la historia del brownie.





Lamentablemente, como muchos otros artistas, Pollock murió joven, perdió la vida en un accidente de tráfico en el año 1956.


"Cuando estoy en la pintura no me doy cuenta de lo que estoy haciendo. Sólo después de una especie de período «de acostumbramiento» puedo ver en lo que he estado trabjando. No tengo miedo de hacer cambios, destruir la imagen, etc., pues la pintura tiene una vida en sí misma. Trato de que ésta surja. Sólo cuando pierdo el contacto con la pintura, el resultado es una confusión. Si no, es pura armonía, un fácil dar y tomar y la pintura sale muy bien."


Jackson Pollock

domingo, 19 de septiembre de 2010

Las galletas de mantequilla de Vermeer

En octubre de 1632, en Delft, Holanda, nació Johannes Vermeer, donde vivió toda su vida durante la llamada Edad de Oro holandesa, en que su país experimentó un extraordinario florecimiento político, económico y cultural.


Se hizo miembro del gremio de San Lucas en diciembre de 1953 después de seis años de aprendizaje y tras hacerse cargo del decanato del gremio, trabajó también como marchante en una tasca familiar en el mercado de Delft. A pesar de todo, su obra pictórica es muy reducida. Sólo se conocen unos 33 cuadros y se tiene conocimiento de otros  pocos que sin embargo se han perdido en el tiempo.


Vermeer es uno de los grandes y más famosos pintores del barroco neerlandés. Sus primeras pinturas trataban temas históricos, pero sobre todo se le conoce por sus pinturas costumbristas y su tratamiento de la luz y el color.
                        Callejuela de Delft.
  1657-1658. Óleo sobre lienzo. 54,3 x 44 cm.                   
        Rijksmuseum. Amsterdam. Holanda.


Sus cuadros eran habitualmente resultado de encargos públicos o privados, muy rara vez se pintaban para el mercado libre. Probablemente se ayudaba de una cámara oscura para la realización de éstos y gracias a ello alcanzaba tal nivel de precisión, incluso en sus paisajes urbanos. 


Vista de Delft.
1660-1661. Óleo sobre lienzo. 96,5 x 115,7 cm. Museo Mauritshuis. La Haya. Holanda.

En la mayoría de sus cuadros, Vermeer representa a ciertos personajes junto a una ventana situada a la izquierda y en un ambiente cerrado. La única luz procede de las ventanas, abiertas a veces, otras cubiertas con postigos o cortinas y suele haber en cada escena una composición de bodegón, además de los personajes y un fondo elaborado. Estas pinturas están llenas de metáforas, alegorías y mensajes morales.

                    La mujer de la balanza.                                                             La joven de la perla.
             1662-64. Óleo sobre tela. 42,5 x 38 cm.                    1665-1666. Óleo sobre lienzo. 44,5 x 39 cm. 
             National Gallery of Art. Washington D. C.                          Museo Mauritshuis. La Haya. Holanda.

A parte de La joven de la perla, también llamada Muchacha con turbante, uno de los cuadros más diferentes y misteriosos de Johannes, La lechera es uno de los más conocidos.


La modelo de este cuadro era una criada de la familia Vermeer y de las más queridas por el autor. No era extraño que para sus cuadros el pintor necesitase la ayuda de modelos reales que posaran para él durante horas. En algunas escenas del barroco se muestra a la mujer como vehículo para criticar vicios mientras que Vermeer la mostró como ejemplo de virtudes y como modelo a imitar.

Mientras Johannes trabajaba en sus cuadros y la familia no podía sustentarse de ellos hasta el momento de su cobro, se sabe que los Vermeer subsistían de la venta en el mercado de algunos productos que elaboraban en la casa, como de huevos y a veces carne de los animales que criaban en su patio. Se desconoce el nombre de la lechera real, pero sí se sabe que esta criada trabajaba una nata y una mantequilla muy deseada en Delft y tantas veces vendió en el mercado galletas y bizcochos. 


La lechera.                                                                Las galletas preferidas del pintor y que solía 
1660-1661. Óleo sobre lienzo. 45,5 x 41 cm.                 tomar como aperitivo mientras pintaba, eran Rijksmuseum. Amsterdam. Holanda.                             unas pastas de mantequilla elaboradas con  
                                                                                                       pequeños trozos de chocolate en onzas, algo muy innovador en la época, ya que, hasta entonces, el chocolate sólo se había tomado como bebida. Hicieron verdadero furor en Delft y aún hoy se conserva la receta original de la famosa lechera. 
Ésta es:


INGREDIENTES:
(para 8 personas)


280 gr de harina
4 cucharadas de maicena
110 gr de azúcar
230 gr de mantequilla en dados
170 gr de chocolate con leche


PREPARACIÓN:


Precalentar el horno a 160º y forrar la base de una bandeja de horno con papel sulfurizado o papel de aluminio.

Mezclar la harina, la maicena, el azúcar y el chocolate en un cuenco grande. Ir incorporando con los dedos los dados de mantequilla a ésta mezcla hasta que todo se haga una masa.

Por último volcar la masa sobre la bandeja de horno y extenderla con los dedos o el mango de una cuchara formando una lámina de aproximadamente un dedo de alto. Hay que pincharla varias veces con un tenedor y después hornearla durante unos 35-40 minutos, hasta que se dore un poco.

Retirar del horno la bandeja y dejarla enfriar. Recortar cuadrados de galleta del tamaño que se desee. 

Se pueden conservar en un recipiente hermético durante 4 o 5 días.


                                                                                





Si quieres saber más sobre Vermeer no te pierdas:

Y a lo mejor quieres saber algunas cosas interesantes sobre la mantequilla.





Vermeer murió en 1675 a la edad de cuarenta y tres años y con once hijos. Su obra quedó en el olvido tras su muerte hasta su redescubrimiento en el siglo XIX.

El astrónomo                                                                     El geógrafo
1668-1669. Óleo sobre lienzo. 51 x 45 cm.                    1668-1669. Óleo sobre lienzo. 52 x 45,5 cm. 
Museo del Louvre. París. Francia.                                 Stadelsches Kunstinstitut. Frankfurt. Alemania.


sábado, 11 de septiembre de 2010

El té de Turner

Joseph Mallord William Turner nació en Covent Garden, Londres, el 23 de abril de 1775. 
Vivió toda su vida cerca de un río y más bien de manera solitaria. Sólo convivió con su padre durante treinta años y cuando éste murió entró en una profunda depresión.


Como buen romántico, Turner perseguía la potencia de la naturaleza, la                                              
luz, el color natural, la fluidez y los efectos atmosféricos efímeros.                                        Autorretrato    
Turner encerraba la magia de un momento, buscaba captar un instante preciso, algo ansiado entre el neo realismo, la fotografía y el inicio del impresionismo. 
Desde muy joven se convirtió en uno de los grandes acuarelistas de paisajes de Gran Bretaña, lo que le llevó a transportar técnicas exclusivas de la acuarela a sus grandes cuadros al óleo. Este método de trabajo diluido le permitió representar los objetos de manera vagamente reconocible, empaquetando la escena entre nubes y niebla, tormentas e incendios. Se ha sugerido que los altos niveles de ceniza en la atmósfera durante 1816, que condujeron a unas inusuales puestas de sol durante dicho periodo, pudieron inspirar su trabajo.                                  
Turner era una máquina de vapor, algo humeante.     


Amanecer con monstruos marinos
1845. Óleo sobre tela. 91.5 x 122 cm. The Tate Gallery. Londres.

Crepúsculo sobre un lago.
1840. Óleo sobre tela. 91 x 122.5 cm. The Tate Gallery. Londres.


Se dice que Turner pasó períodos de trabajo muy intenso, en los que sólo abandonaba el estudio a la hora del té. Y cuanto más naranja y amarillo fuera el té, más tiempo se retenía observando los cambios del color en su taza. Nunca sabremos si prefería el té anaranjado por serle fiel a los colores de sus cuadros o si los colores de sus pinturas tienden a los cálidos gracias al té. Éste siempre será uno de los grandes misterios del arte.


El otro día, encontré un papel arrugado y viejísimo entre las hojas de un libro de la biblioteca de mi facultad. Está escrito en tinta negra y con una caligrafía muy cuidada. Conseguí entender que se trataba de una lista de ingredientes para preparar "El té preferido de William", así dice a modo de título. ¡No me lo podía creer! Al parecer Turner dejó escrita una receta del té que acostumbraba a tomar de su puño y letra para su padre, que era el que se encargaba de prepararlo cada tarde. ¿Es posible que se trate del mismo documento? Si es así,  debería estar en el depósito de Bellas Artes, habrá llegado a mi por alguna equivocación, estoy planteándome el devolverlo cuanto antes...  ¡Tenía que probarla! 
Dice así:


INGREDIENTES:
(Para dos personas)


2 cucharadas de té al limón
2 tazas de agua
4 cucharaditas de azúcar
2 pizcas de canela
unos gajos de limón
unas gotas de jugo de limón
unos granos de clavo


PREPARACIÓN:


Fue tan fácil como juntar todos los ingredientes y, en vez de hervir el té, añadir un par de cucharadas de té al limón granulado instantáneo.  Le añadí unos cubitos de hielo, porque siempre prefiero el té frío al caliente y adorné los gajos de limón con los granos de clavo.


Y sorprendentemente  apareció un té del mismo color que muchos de los paisajes de Turner. ¿Será coincidencia? ¡No lo creo! :)





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William Turner es el artista que más conmovedora y acertadamente puede medir el temperamento de la naturaleza.



John Ruskin, crítico de arte.




Amanecer en Norham Castle.
1835-1840. Óleo sobre lienzo. 91 x 122 cm. Galería Clore. Colección Turner. Londres. Inglaterra.