jueves, 25 de noviembre de 2010

El pastel invertido de fresas de Degas

Edgar Degas nació en París el 19 de julio de 1984. Su inquietud artística empezó desde muy joven, pero tuvo que frenarla durante un tiempo al alistarse en la guardia nacional durante la Defensa de París, en la Segunda Guerra Franco-Prusiana. En su período como soldado, se le descubrió una anomalía en la vista que afectaría a la salud de sus ojos durante toda su vida.

Autorretrato
En 1887, ya terminada la guerra, había vuelto a pintar y organizó la primera exhibición impresionista, en la que por supuesto participó. A la que siguieron siete exposiciones más.

Después de morir su padre, perdió gran parte de su herencia en ayudar a su hermano René con sus grandes deudas, pero pudo reponerse económicamente en poco tiempo gracias al éxito de sus pinturas y esculturas. Se convirtió entonces en un gran coleccionista de obras de sus contemporáneos más admirados: Gauguin, Cézanne, Van Gogh, Manet, Ingres y algunos más antiguos como El Greco y Delacroix.

De Ingres cogió ejemplo y también del renacimiento italiano, como del arte japonés y del romanticismo. Es considerado por uno de los padres del Impresionismo, pero se diferencia en su predilección por obras costumbristas y urbanas en vez de paisajes y naturaleza. Su técnica, como la de Botticelli, es muy dibujística, tanto que abandona el oleo para pintar exclusivamente con pasteles. Su tema más recurrente fue el ballet, pero también las carreras de caballos y las mujeres y su cuerpo en general.

1871-1874. Óleo sobre lienzo. 85 x 75 cm.
Museo de Orsay. París. Francia.
La primera bailarina en el escenario.
1878. Pastel en papel. 60 x 44 cm. Museo de Orsay.
París. Francia.
El recital.
1873-1878. Óleo sobre lienzo. 41 x 61,7 cm. Fogg Art Museum.
Harvard University. Cambridge. Massachusetts. USA.

Degas era amado y odiado a partes iguales. Guaguin le admiraba y Van Gogh le detesteba, sin embargo, sus inclinaciones hacia los ambientes urbanos, fueron ejemplo más tarde para el postimpresionista Toulouse-Lautrec.

La salida fallida.
1869-1872. Óleo sobre lienzo. Yale University Art Museum. New Haven. USA.

Como curiosidad encontramos su escultura "La pequeña bailarina de catorce años", donde su estructura central, en vez de ser de hierro como se pensó un tiempo, está construida con madera de trozos de pinceles inservibles. 

Parecer ser que la niña que le sirvió de modelo para esta escultura, era inquieta y algo malcriada. No conseguía mantener la misma postura durante largo tiempo y se quejaba de aburrimiento, picores y dolores. Para terminar con este problema, Degas le propuso darle a cambio cada tarde una buena merienda si conseguía posar inmóvil. Ella obedecía entonces, sabiendo que después merendaría con el artista su pastel preferido: un pastel invertido de fresas.

Ésta era una antigua receta de la abuela del pintor y el mejor dulce que sabía hacer. Se trataba de un bizcocho con una cobertura azucarada echa a base de frutas en almíbar. La curiosidad de este pastel, como en la escultura de la bailarina, era su interior, pues se cocinaba del revés con la cubierta en la base del molde, para encontrarlo del derecho al desmoldar.  No les importaba repetir cada tarde y acompañarlo con un buen café. Algunos decían que después de esas meriendas, encontraban en la pequeña bailarina una mejora grande en su temperamento y educación. 

Aunque nunca sabremos de qué hablaron esas tardes la modelo y el artista, sí puedo enseñaros su receta y dice así:

INGREDIENTES:

Para la cubierta:

60 gr. de mantequilla
80 gr. de azúcar blanca
80 gr. de azúcar morena
550 gr. de fresas en almíbar bien escurridas

Para el bizcocho:

195 gr. de harina de repostería
2 cdtas. de levadura en polvo
1/4 cdta. de sal
120 gr. de mantequilla
200 gr. de azúcar
1 cdta. de extracto de vainilla
2 huevos
120 ml. de leche


PREPARACIÓN:

Para un molde de unos 23 cm. Horno a 180º
Para la cubierta:


Colocamos los dos tipos de azúcar y la mantequilla en una cacerola pequeña y lo cocinamos a fuego medio  hasta que todo se haya disuelto y adquiera una textura homogénea. Seguidamente lo dejamos cocer un poco más hasta que veamos que el azúcar empieza a caramelizar, unos minutos.
Retiramos del fuego y lo vertimos sobre el molde que vayamos a utilizar, el cual previamente habremos engrasado. Si el caramelo queda algo espero, no hay porqué preocuparse, se termina disolviendo en el horno. A continuación colocamos encima del caramelo las fresas por toda la superficie y reservamos.

Para el bizcocho:


En un bol grande batimos la mantequilla y el azúcar hasta que nos quede una masa esponjosa y suave, una vez obtenida esta consistencia añadimos el extracto de vainilla y seguimos batiendo, continuamos añadiendo las yemas de los huevos de una en una, batiendo bien después de cada adicción.
Mezclamos la harina, la levadura y la sal y la añadimos a la masa anterior, en tres veces, alternándola con la leche y batimos hasta incorporar todos los ingredientes.
En otro bol, batimos nuestras claras hasta montarlas y obtener una textura de pico firme.
Incorporamos las claras montadas a la masa, lo haremos en dos veces, y con la ayuda de una espátula la vamos integrando con cuidado de no batirlo en exceso.
Vertimos nuestra masa sobre el molde, alisamos la parte superior y la horneamos durante 50 minutos aproximadamente, o hasta que pinchemos nuestro pastel y veamos que nuestro palito sale limpio.
Una vez tengamos el pastel horneado, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar dentro del molde, unos 10 minutos. Seguidamente lo desmoldamos y lo dejamos enfriar por completo.







Si quieres saber más sobre Degas, curiosea:



Y si lo que te gustan son las fresas, curiosea:




La tina.
1885-86. Pastel sobre papel. 70 x 70 cm.
Hill-Stead Museum. Farmington C.T. Estados Unidos.









Aparentemente, Degas dejó de trabajar en 1912, cuando la demolición de su residencia en la rue Victor Massé le forzó a mudarse al boulevard de Clichy. Nunca se casó y pasó los últimos años de su vida prácticamente ciego, vagando sin sentido por las calles de París hasta morir solo en 1917.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Los gnocchi de Botticelli



Sandro Botticelli, llamado en realidad Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, fue uno de los más grandes pintores del cuattrocento italiano. Protegido por la familia Medici desde muy joven, pintó bajo su mecenazgo los cuadros más representativos del Renaciomiento, trabajó con los artistas más famosos de la época e incluso aportó sus propios frescos a la famosa Capilla Sixtina.


Autorretrato incluido en su "Adoración
de los Reyes".
Nació en Florencia, el último de cuatro hermanos. Su hermano mayor, Giovanni, lo acogió como aprendiz de orfebre y a los catorce años ingresó en el taller de Fra Filippo Lippi. Adoptó con tanta maestría las enseñanzas de su maestro que aún hoy muchas de sus obras siguen teniendo una autoría incierta y a la muerte de este heredó su taller.


Sus obras se caracterizan por ser muy dibujísticas, las figuras poseen contornos muy lineales muy bien definidos, con alto contraste entre luz y sombras y compuestas como en bajorelieve, moldeadas y suaves. 


En 1475, teniendo ya su taller y siendo célebre partícipe del gremio de pintores de San Lucas, fue llamado por primera vez por los Medici. A su cargo pintaría sus obras más notorias. 


El nacimiento de Venus
1484-1485. Temple sobre lienzo. 172,5 x 278,5 cm. Galería de los Uffizi. Florencia. Italia.


Alegoría de la Primavera
1495. Temple sobre tabla. 62 x 91 cm. Galería de los Uffizi. Florencia. Italia.

Fundía con éxito temas cristianos y paganos, era seguidor del neoplatonismo y  del esteticismo como un elemento trascendental de su arte. Sus pinturas estás llenas de significados y alegorías complejas que reflejan perfectamente el carácter inquieto y humanista de la época.

Anunciación
1489. Temple sobre tabla. 240 x 235 cm.
Galería de los Uffizi. Florencia. Italia.




Virgen del libro
1483. Temple sobre tabla. 58 x 39,5 cm.
Museo Poldi Pezzoli de Milán. Milán. Italia.


Cuando volvió de Roma, después de ser llamado por el Papa Sixto IV para pintar algunos de los frescos laterales de la Capilla Sixtina, como buen intelectual que era, se preocupó en ilustrar fragmentos de la Divina Comedia de Dante e incluso formó parte del comité que decidía el aspecto final de la fachada de la catedral florentina.

Calumnia de Apeles
1495. Temple sobre tabla. 62 x 91 cm. Galería de los Uffizi. Florencia. Italia.

Se dice que Sandro tenía horror al matrimonio, no se le conoce ninguna amante concreta, por eso desde joven aprendió a cocinar con mucha maña, algo no muy usual en los hombres de su época. Su gran amor eran los quesos, no las mujeres y era de los que opinaban que los quesos, cuanto más fuertes, mejor.

En algunas de sus cartas a su hermano Giovanni, habla de la elaboración de su plato predilecto: los zanzarelli con queso azul. Hoy en día, a los antiguos zanzarelli se les conoce como gnocchi. Atreverse a trabajar con un ingrediente tan nuevo como la patata, recién descubierta en América, era en la cocina del Renacimiento algo revolucionario.

Aquí está su receta íntegra, pero señalo que muchas veces nuestro maestro no tenía tiempo para preparar las patatas entre cuadro y cuadro, (aprovechar las horas de luz era muy importante) y no dudaba en comprarlos por encargo a algún molinero o vecino para luego dedicarse sólo a la salsa. Podéis seguir su ejemplo si como él teméis que se os seque la pintura! :)


INGREDIENTES:


Para los gnocchi:

1 kilo de patatas
300 gr. de harina
1 huevo
Sal


Para la salsa de queso azul:

200 gr de queso azul
1 chorrito de nata para cocinar
pimienta y o nuez moscada al gusto







PREPARACIÓN: 

Para los gnocchi:

Lavar las patatas y hervir en abundante agua unos 25 min. hasta que estén tiernas.

Escurrir y dejar enfriar. Quitar la piel de las patatas y machacarlas haciéndolas puré.

Sobre una superficie de trabajo enharinada mezclar las patatas con la harina y con el huevo, haciendo un volcán para unificarlo todo bien. Amasar hasta conseguir una pasta homogénea. Formar con la pasta canutillos de 1,5 cm de grosor aproximadamente y cortarlos en trocitos. 

Terminado este proceso con toda la pasta, se cuece en agua abundante hasta que los gnocchi floten, entonces se pueden escurrir y estarán listos para comer una vez vertida la salsa por encima.


Para la salsa de queso azul:

Cortar el queso en trozos medianos y calentarlos a fuego medio en una sartén, junto con un chorrito de nata, removiendo hasta que se disuelva todo por igual. La nata puede mezclarse al gusto, dependiendo de si se quiere una salsa más espesa o más líquida. 

Puede añadírsele una pizca de pimienta y o nuez moscada si se desea.







Si quieres saber más sobre Botticelli no te pierdas:

Su vida
Su obra

Y si quieres saber más sobre gnocchi pásate por:

Su esencia
Su origen
Más recetas




Las obras de Botticelli estaban tan cargadas de significado que incluso el fanático religioso Savonarola vio en ellas un peligro moral y algunas de éstas acabaron en la Hoguera de las Vanidades. El pintor acabó sus días viviendo en la pobreza extrema, ayudado por algunos de sus protectores y murió el 17 de mayo de 1510. El único heredero artístico digno de su ejemplo fue Filippino Lippi, el hijo de su antiguo maestro.


Detalle de la Virgen de la granda

miércoles, 29 de septiembre de 2010

El brownie de Pollock

El expresionismo abstracto es un movimiento contemporáneo dentro de la abstracción pictórica, que apareció en los años '40 en los Estados Unidos, como arte financiado durante la Guerra Fría. Se considera el primer movimiento genuinamente estadounidense.

Blue Poles: Number 11
1952. Anamel y aluminio pintado con vidrio sobre lienzo. 210 x 486,8 cm. 
National Gallery of australia. Canberra. Australia.


Jackson Pollock nació el 28 de Enero de 1912 en Cody, Wyoming y en 1929 se trasladó a Nueva York para trabajar con el pintor Thomas Hart Brenton.

El método de trabajo de Pollock consistía en escurrir o lanzar con fuerza grandes cantidades matéricas de pintura sobre el lienzo, técnica comúnmente denominada como dripping, distribuyendo los colores y las formas casuales siguiendo inspiraciones simbólicas de los indios de Norte América o como una reacción del subconsciente. Se relaciónó su arte con el "automatismo", como si su pintura tuviera que ver con los movimientos automáticos generados por los fenómenos psíquicos del artista. Todo este método se da a conocer como Action Painting, con el que se buscaba una nueva solución artística para representar el nuevo mundo del siglo XX tras las grandes guerras.


Jackson experimentó con muchos materiales como pigmentos sintéticos, acrílicos, barnices, aluminio y esmaltes y trabaja sus lienzos sin tensar, extendidos directamente sobre el suelo o clavados en las paredes. No trabajaba sobre el lienzo, si no metido en él. 


Convergence
1952. Óleo sobre lienzo. 237,7 x 393,7 cm.

Grayed rainbow
1953. Óleo sobre lienzo. Instituto de Arte de Chicago. Chicago. USA.


Los años en los que Pollock destacó de manera más notable, fueron aquellos en los que consiguió apartarse del alcoholismo, muchas de sus pinturas las creó como terapia contra su adicción. Durante los años 1949 y 1950 sólo se permitía tomar una copa de alcohol tras las comidas, acompañada con algún postre a base de chocolate que le calmaba notablemente la ansiedad. Su predilecto era el brownie de su mujer Lee Krasner, también pintora. Ella lo preparaba sin nueces, pues Jackson no toleraba los frutos secos pero, por supuesto, antes de tomarlo, él siempre lo adornaba con un dripping de leche condensada. 


INGREDIENTES:
(8-10 raciones)


140 gr de harina
170 gr de chocolate negro
170 gr de mantequilla
450 gr de azúcar
4 huevos
1 cucharadita de levadura
1 cucharadita de sal


PREPARACIÓN:


Precalentar el horno a 175 º C.


Mezclar en un cuenco la harina, la levadura y la sal.


En un cazo derretir el chocolate y la mantequilla a fuego lento, removiendo de vez en cuando. A continuación, retirar del fuego y verter en el cazo los huevos y el azúcar y remover hasta formar una pasta. Verter esta pasta en el cuenco de la harina y remover de nuevo.


Cuando queden todos los ingredientes bien unificados, pasar la mezcla a un molde de horno engrasado y lo suficientemente grande como para que el brownie no quede muy alto. 


Hornear durante 20 minutos. Dejar reposar un tiempo y servir al gusto, caliente o frío. Pollock lo prefería con helado de caramelo y siempre un toque de leche condensada con su estilo personal.






Si quieres saber más sobre Pollock estate antento a:


Su vida
Su obra
Su movimiento




Y si te interesa puedes investigar sobre
la historia del brownie.





Lamentablemente, como muchos otros artistas, Pollock murió joven, perdió la vida en un accidente de tráfico en el año 1956.


"Cuando estoy en la pintura no me doy cuenta de lo que estoy haciendo. Sólo después de una especie de período «de acostumbramiento» puedo ver en lo que he estado trabjando. No tengo miedo de hacer cambios, destruir la imagen, etc., pues la pintura tiene una vida en sí misma. Trato de que ésta surja. Sólo cuando pierdo el contacto con la pintura, el resultado es una confusión. Si no, es pura armonía, un fácil dar y tomar y la pintura sale muy bien."


Jackson Pollock

domingo, 19 de septiembre de 2010

Las galletas de mantequilla de Vermeer

En octubre de 1632, en Delft, Holanda, nació Johannes Vermeer, donde vivió toda su vida durante la llamada Edad de Oro holandesa, en que su país experimentó un extraordinario florecimiento político, económico y cultural.


Se hizo miembro del gremio de San Lucas en diciembre de 1953 después de seis años de aprendizaje y tras hacerse cargo del decanato del gremio, trabajó también como marchante en una tasca familiar en el mercado de Delft. A pesar de todo, su obra pictórica es muy reducida. Sólo se conocen unos 33 cuadros y se tiene conocimiento de otros  pocos que sin embargo se han perdido en el tiempo.


Vermeer es uno de los grandes y más famosos pintores del barroco neerlandés. Sus primeras pinturas trataban temas históricos, pero sobre todo se le conoce por sus pinturas costumbristas y su tratamiento de la luz y el color.
                        Callejuela de Delft.
  1657-1658. Óleo sobre lienzo. 54,3 x 44 cm.                   
        Rijksmuseum. Amsterdam. Holanda.


Sus cuadros eran habitualmente resultado de encargos públicos o privados, muy rara vez se pintaban para el mercado libre. Probablemente se ayudaba de una cámara oscura para la realización de éstos y gracias a ello alcanzaba tal nivel de precisión, incluso en sus paisajes urbanos. 


Vista de Delft.
1660-1661. Óleo sobre lienzo. 96,5 x 115,7 cm. Museo Mauritshuis. La Haya. Holanda.

En la mayoría de sus cuadros, Vermeer representa a ciertos personajes junto a una ventana situada a la izquierda y en un ambiente cerrado. La única luz procede de las ventanas, abiertas a veces, otras cubiertas con postigos o cortinas y suele haber en cada escena una composición de bodegón, además de los personajes y un fondo elaborado. Estas pinturas están llenas de metáforas, alegorías y mensajes morales.

                    La mujer de la balanza.                                                             La joven de la perla.
             1662-64. Óleo sobre tela. 42,5 x 38 cm.                    1665-1666. Óleo sobre lienzo. 44,5 x 39 cm. 
             National Gallery of Art. Washington D. C.                          Museo Mauritshuis. La Haya. Holanda.

A parte de La joven de la perla, también llamada Muchacha con turbante, uno de los cuadros más diferentes y misteriosos de Johannes, La lechera es uno de los más conocidos.


La modelo de este cuadro era una criada de la familia Vermeer y de las más queridas por el autor. No era extraño que para sus cuadros el pintor necesitase la ayuda de modelos reales que posaran para él durante horas. En algunas escenas del barroco se muestra a la mujer como vehículo para criticar vicios mientras que Vermeer la mostró como ejemplo de virtudes y como modelo a imitar.

Mientras Johannes trabajaba en sus cuadros y la familia no podía sustentarse de ellos hasta el momento de su cobro, se sabe que los Vermeer subsistían de la venta en el mercado de algunos productos que elaboraban en la casa, como de huevos y a veces carne de los animales que criaban en su patio. Se desconoce el nombre de la lechera real, pero sí se sabe que esta criada trabajaba una nata y una mantequilla muy deseada en Delft y tantas veces vendió en el mercado galletas y bizcochos. 


La lechera.                                                                Las galletas preferidas del pintor y que solía 
1660-1661. Óleo sobre lienzo. 45,5 x 41 cm.                 tomar como aperitivo mientras pintaba, eran Rijksmuseum. Amsterdam. Holanda.                             unas pastas de mantequilla elaboradas con  
                                                                                                       pequeños trozos de chocolate en onzas, algo muy innovador en la época, ya que, hasta entonces, el chocolate sólo se había tomado como bebida. Hicieron verdadero furor en Delft y aún hoy se conserva la receta original de la famosa lechera. 
Ésta es:


INGREDIENTES:
(para 8 personas)


280 gr de harina
4 cucharadas de maicena
110 gr de azúcar
230 gr de mantequilla en dados
170 gr de chocolate con leche


PREPARACIÓN:


Precalentar el horno a 160º y forrar la base de una bandeja de horno con papel sulfurizado o papel de aluminio.

Mezclar la harina, la maicena, el azúcar y el chocolate en un cuenco grande. Ir incorporando con los dedos los dados de mantequilla a ésta mezcla hasta que todo se haga una masa.

Por último volcar la masa sobre la bandeja de horno y extenderla con los dedos o el mango de una cuchara formando una lámina de aproximadamente un dedo de alto. Hay que pincharla varias veces con un tenedor y después hornearla durante unos 35-40 minutos, hasta que se dore un poco.

Retirar del horno la bandeja y dejarla enfriar. Recortar cuadrados de galleta del tamaño que se desee. 

Se pueden conservar en un recipiente hermético durante 4 o 5 días.


                                                                                





Si quieres saber más sobre Vermeer no te pierdas:

Y a lo mejor quieres saber algunas cosas interesantes sobre la mantequilla.





Vermeer murió en 1675 a la edad de cuarenta y tres años y con once hijos. Su obra quedó en el olvido tras su muerte hasta su redescubrimiento en el siglo XIX.

El astrónomo                                                                     El geógrafo
1668-1669. Óleo sobre lienzo. 51 x 45 cm.                    1668-1669. Óleo sobre lienzo. 52 x 45,5 cm. 
Museo del Louvre. París. Francia.                                 Stadelsches Kunstinstitut. Frankfurt. Alemania.