sábado, 11 de septiembre de 2010

El té de Turner

Joseph Mallord William Turner nació en Covent Garden, Londres, el 23 de abril de 1775. 
Vivió toda su vida cerca de un río y más bien de manera solitaria. Sólo convivió con su padre durante treinta años y cuando éste murió entró en una profunda depresión.


Como buen romántico, Turner perseguía la potencia de la naturaleza, la                                              
luz, el color natural, la fluidez y los efectos atmosféricos efímeros.                                        Autorretrato    
Turner encerraba la magia de un momento, buscaba captar un instante preciso, algo ansiado entre el neo realismo, la fotografía y el inicio del impresionismo. 
Desde muy joven se convirtió en uno de los grandes acuarelistas de paisajes de Gran Bretaña, lo que le llevó a transportar técnicas exclusivas de la acuarela a sus grandes cuadros al óleo. Este método de trabajo diluido le permitió representar los objetos de manera vagamente reconocible, empaquetando la escena entre nubes y niebla, tormentas e incendios. Se ha sugerido que los altos niveles de ceniza en la atmósfera durante 1816, que condujeron a unas inusuales puestas de sol durante dicho periodo, pudieron inspirar su trabajo.                                  
Turner era una máquina de vapor, algo humeante.     


Amanecer con monstruos marinos
1845. Óleo sobre tela. 91.5 x 122 cm. The Tate Gallery. Londres.

Crepúsculo sobre un lago.
1840. Óleo sobre tela. 91 x 122.5 cm. The Tate Gallery. Londres.


Se dice que Turner pasó períodos de trabajo muy intenso, en los que sólo abandonaba el estudio a la hora del té. Y cuanto más naranja y amarillo fuera el té, más tiempo se retenía observando los cambios del color en su taza. Nunca sabremos si prefería el té anaranjado por serle fiel a los colores de sus cuadros o si los colores de sus pinturas tienden a los cálidos gracias al té. Éste siempre será uno de los grandes misterios del arte.


El otro día, encontré un papel arrugado y viejísimo entre las hojas de un libro de la biblioteca de mi facultad. Está escrito en tinta negra y con una caligrafía muy cuidada. Conseguí entender que se trataba de una lista de ingredientes para preparar "El té preferido de William", así dice a modo de título. ¡No me lo podía creer! Al parecer Turner dejó escrita una receta del té que acostumbraba a tomar de su puño y letra para su padre, que era el que se encargaba de prepararlo cada tarde. ¿Es posible que se trate del mismo documento? Si es así,  debería estar en el depósito de Bellas Artes, habrá llegado a mi por alguna equivocación, estoy planteándome el devolverlo cuanto antes...  ¡Tenía que probarla! 
Dice así:


INGREDIENTES:
(Para dos personas)


2 cucharadas de té al limón
2 tazas de agua
4 cucharaditas de azúcar
2 pizcas de canela
unos gajos de limón
unas gotas de jugo de limón
unos granos de clavo


PREPARACIÓN:


Fue tan fácil como juntar todos los ingredientes y, en vez de hervir el té, añadir un par de cucharadas de té al limón granulado instantáneo.  Le añadí unos cubitos de hielo, porque siempre prefiero el té frío al caliente y adorné los gajos de limón con los granos de clavo.


Y sorprendentemente  apareció un té del mismo color que muchos de los paisajes de Turner. ¿Será coincidencia? ¡No lo creo! :)





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William Turner es el artista que más conmovedora y acertadamente puede medir el temperamento de la naturaleza.



John Ruskin, crítico de arte.




Amanecer en Norham Castle.
1835-1840. Óleo sobre lienzo. 91 x 122 cm. Galería Clore. Colección Turner. Londres. Inglaterra.










3 comentarios:

Javier Navarrete dijo...

cada día me sorprendes más! Yo no soy mucho de té, pero intentaré probarlo, aver si Turner me inspira un poco! Superoriginal el blog! Me encanta!

Rosa dijo...

Gracias por tu comentario,me alegro de que te sirva. Puedes usar las fotos de las obras que quieras. El tema de tu blog me parece muy interesante, promete, y el post me encanta, un tema precioso, lo enlazo porque lo voy a visitar a menudo. ¡Hasta pronto!

Mª Ángeles dijo...

¡qué fotos más bonitas tienes1 Si es que aunque no nos gustara la cocina, o no hiciéramos ese té tan rico, merece la pena entrar y deleitarse con estas fotos!
Y cómo enlazas la pintura con la cocina. ¡estupendo!